sábado, 16 de enero de 2010

TEMA 6.- LA FILOSOFIA EN LA MAGNA GRECIA. ESCUELA DE ELEA

La escuela eleática fue una corriente griega de filosofía que se desarrolló aproximadamente a partir del siglo VI a.C.,. cuyo nombre en sí provenía de la ciudad griega de Elea, situada al sur de Italia, y la cual fue fundada por los griegos en torno al año 540 a.C.,.

Fue fundada por el filósofo Parménides (filósofo nacido hacia el año 500 a.C., considerado por muchos como el miembro más importante, destacado y brillante de esta escuela), el cual adoptó una actitud muy opuesta a la de Heráclito (teoría del flujo), en relación con la estabilidad y el cambio, manteniendo que el Universo era, en cierto sentido, algo así como una esfera indivisible e inmutable, y que toda referencia a cambio o por diversidad, era, asimismo, una contradicción.
Esta filosofía, que tuvo incluso su auge desde el mismo momento en que apareció, se opone incluso a las características defendidas por la escuela jónica (filosofía, como sabemos, materialista), y es que, según los eleáticos, el universo es, en esencia y en su mayor amplitud, una unidad inmutable infinita en tiempo y en espacio, que está más allá de la cognición misma, proporcionada por los propios sentidos. Mantenía, a su vez, que nada podía ser afirmado como tal excepto lo que “realmente era”.

No en vano, Zenón de Elea, discípulo de Parménides, intentó en un momento dado probar la unidad del ser, afirmando de forma directa que la creencia en la realidad del cambio, el movimiento y la diversidad llevaban a paradojas ciertamente lógicas, llegando a ser, en un momento dado, un conjunto de enigmas intelectuales que lógicos y filósofos posteriores, de todas las épocas, han intentado resolver de una manera culta, sabia y objetiva.

Cierto es, en este punto, que el interés de los filósofos eleáticos por el problema de la consistencia puramente racional, llevó al posterior desarrollo y evolución de la ciencia de la lógica, realizándose incluso un intento por desacreditar a las sensaciones mismas, algo realizado a partir de una brillante exposición de ideas mediante paradojas -o argumentos- que, hasta nuestros días, han perdurado como mosaicos intelectuales concretos.

Comentar ahora que, según cuenta la tradición (y éste es un hecho que trataremos en un futuro, en una biografía especial, dedicada tanto a Parménides, como a su discípulo), Zenón se unió a una conspiración para librar a su ciudad del tirano Nearcco, aunque ésta fracasó y nuestro protagonista fue brutalmente torturado, al negarse a delatar a sus compañeros (entre otros, destacaron autores como Pericles o Calias.

No obstante, tanto su Maestro como Zenón, serán históricamente considerados y tenidos en cuenta por la fama e importancia de sus paradojas, llegando a establecer debates filosóficos que favorecerán la discusión, siempre que fuera razonada

1) Pitágoras y el pitagorismo. La vida de Pitágoras esta envuelta en la leyenda. La fecha de nacimiento y muerte son inciertas (582 – 497 a C). Sabemos que nació en la isla de Samos que era una colonia griega y que cuando Pitágoras tenía 40 años se produjo una revolución social en el gobierno de la isla contra los terratenientes, y como él era uno de ellos huyó de la isla y se fue a Cretona, al Sur de Italia, donde se habían establecido griegos de sangre doria.
Allí en Cretona reunió a los griegos y formó la liga pitagórica; especie de orden religiosa basada en el orfismo que enseñaba la transmigración de las almas. Los pitagóricos tomaron parte en la política de Crotona a favor del partido dórico. Vino una reacción contra los pitagóricos y Pitágoras tuvo que huir a Metaponto donde murío.

Conocemos algo de la doctrina pitagórica y la filosofía del maestro, por los filósofos posteriores: Jenófanes, Heráclito, Empédocles, Platón y el mismo Aristóteles. Heráclito dice que Pitágoras “supo como nadie entre los hombres”, pero también fue “el padre de todas las patrañas”, quizá porque sus teorías eran muy opuestas. El eterno cambio de Heráclito, no encajaba con la doctrina del número de Pitágoras.

El orfismo primitivo constituía un estilo peculiar de vida. Ante todo creían en la transmigración de las almas, doctrina tomada de los órficos. Las almas venían de otro mundo y son una emanación de lo divino. Se mancho por el pecado y en castigo esta encerrada en un cuerpo. Después de la muerte, dicha alma tendrá que pasar por otros cuerpos de hombres y animales hasta que retorne, purificada a Dios.

Los pitagóricos observaban ciertas prácticas religiosas para lograr la purificación: examen diario de sus acciones, abstención de ciertos manjares, guarda del silencio, trabajo intelectual principalmente en la filosofía y las matemáticas. Tenían todo un código moral muy estricto. De los órficos solo tomaron la doctrina acerca del alma.

Ya en el campo meramente filosófico, diremos que la filosofía de Pitágoras es de base matemática. El ser común a todas las cosas es el NÚMERO. Aristóteles nos dará la razón de esa extraña afirmación. “Los llamados pitagóricos se dedicaron a las matemáticas e hicieron progresos en esta ciencia, pero embebidos en su estudio creyeron que los elementos de las matemáticas (los números) eran también los principios de todos los seres. El número es el que da forma, lo que hace de lo indeterminado algo determinado. Encontraron que en la música había una gran armonía de base matemática. Había una relación determinada entre la longitud de las cuerdas de la lira y el sonido que daban.

Importancia del pitagorismo: Influyó mucho en la filosofía, en parte por las polémicas que suscitó y obligó a precisar algunos conceptos. Su concepto de la oposición de los contrarios y de la conciliación en una armonía pasará a Heráclito y Empédocles. Su ideal ético – filosófico de una vida consagrada a la purificación del alma por la ciencia y la música, su doctrina de la inmortalidad del alma y de las sanciones futuras tendrían mucha influencia en Platón.

2) Los Eleatas: Jenófanes, Parménides, Zenón y Meliso van a luchar contra la doctrina de Heráclito de Efeso; hasta ahora los presocráticos se habían preguntado cuál era el ser común a todas las cosas, como surgen a la existencia, pero será Heráclito con su doctrina del devenir, del cambio, del movimiento tratara de dar una explicación al paso del arjé, común a todo y a las cosas del cosmos. Según los eleatas no existe el devenir, el cambio, sino solo el ser inmutable y eterno. Surge pues la primera polémica filosófica, polémica que dura todavía.

3) Heráclito de Efeso (535 – 470). Nació en Efeso, en Jonia de familia noble. No estuvo de acuerdo con los cambios ocurridos en su patria por la invasión de los Persas, abandonó la vida pública y se retiró a vivir en la soledad. Escribió un libro llamado “ sobre la naturaleza” y como no quería que la plebe lo entendiera, lo escribió en lenguaje oscuro. Depositó su libro en el templo de Artemisa (Diana) por el que era celebre la ciudad de Efeso. Lo dividió en tres partes; del universo, de la polémica y de la Teología.
a.- Para Heráclito. La esencia del ser (arje) era el ., el devenir. Todo se encontraba sometido a una incesante modificación, aun constante no – ser, “panta rei”: todo fluye. No puedes bañarte dos veces en el mismo río por las nuevas aguas corren siempre sobre ti.
b.- El fuego es el principio de todas las cosas. Con su subir bajar si inquietud, es el mejor símbolo del cambio eterno. Del fuego se hace agua; de ella salen, por el calor, el vapor y la tierra, en que el vapor se enciende en fuego, para apagarse luego por la humedad. Así surgen el día y la noche.
c.- La guerra (polemos) es padre de todas las cosas. Es la misma doctrina lucha de los contrarios. De esa lucha surgen todas las cosas. El hombre y la mujer engendran nueva vida, las consonantes y vocales forman el lenguaje, los tonos altos y bajos constituyen la armonía. Para que nazcan nuevas es precisos sacudir la mezcla de los contrarios.
d.- El logos, el orden cósmico. Detrás de la confusión del nacer y perecer, está el Logos, que está en todo lo que exista: en la piedra, en el rayo, en el nacimiento y en la muerte, en el instinto de los animales y en la muerte. El logos es la ley universal a la que deben obedecer todas las cosas.
e.- el alma del hombre. Todo el obrar del hombre radica en su alma, que es una partícula del fuego universal. Su perfección depende de su sequedad y de su mayor o menor aproximación al fuego, de cuyo contacto se mantiene. La naturaleza del alma es tan sutil que el hombre nunca llegara a penetrar en sus profundidades.
Heráclito es el primer filósofo que trata de estudiar científicamente al hombre. Tuvo en alto el concepto del alma humana.
Heráclito tuvo como discípulo a Cratilo, maestro de Platón.


4) Jenófanes de Colofon (575 – 490) Fue el fundador de la escuela eleática y su teólogo. Emigro de Jonia a la Magna Grecia. Fue filósofo – poeta y predico la vida moral en contra del sensualismo de esa época. Es el primero que enseña la unidad e inmutabilidad de Dios. “Hay un solo Dios, el supremo entre los dioses y los hombres.” Pero cae en el panteísmo al identificar a Dios con la naturaleza. Rechaza la transmigración de las almas defendida por los pitagóricos.
Subraya la contraposición entre verdad y apariencia y entre certeza y opinión. Todo es opinión y es imposible llegar a la certeza.
El primer principio de las cosas es la tierra, de la cual salen y a la cual vuelven todas las cosas. Todas las cosas del mundo se destruyen periódicamente, mediante la disolución de la tierra en el océano, volviendo al fango primordial de donde vuelven a salir indefinidamente. Pero el ser permanece siempre en su unidad inmutable, aunque se muevan y destruyan las cosas particulares.
Jenófanes escribió un libro sobre la naturaleza en versos expresivos.

5) Meliso de Samos es considerado el místico de la escuela eleática. En el año 444 derrotó frente a Samos a la escuadra ateniense. Escribió un tratado sobre el ser. Mezcla ideas jónicas con eleáticas. Afirma que el ser es infinito, así como es eterno.

6) Parménides. (539 – 480) Nace en Elea y es el metafísico de dicha escuela. Su mérito principal consiste en el descubrimiento del ser. Fue discípulo de Jenófanes. Escribió un poema en exámetros titulados “sobre la naturaleza”.
El principio en el que basa toda su doctrina es este: “ El ser existe y es imposible que no exista.” El ser existe y el no ser no existe.
a.- En su Ontología Parménides toma por guía a la razón y desconfía del testimonio de los sentidos. Hay tres actitudes ante el ser: El de la verdad: el ser existe; el del error: el ser no existe; la opinión: el ser existe y no existe a la vez, aludiendo a Heráclito.
Cualidades del ser: es uno, eterno, imperecedero, entero e inmóvil, indivisible, lleno, compacto y esférico.
La doctrina de Parménides demuestra que es insuficiente un solo principio para explicar la pluralidad, la diversidad y el movimiento.


7) Zenón de Elea (490 – 430). Es el polémico o dialéctico de la escuela eleática. Escribió varias obras en prosa. Las afirmaciones de Parménides chocaban contra el sentido común y fue objeto de muchas críticas. Se llamaban “aporías” sus objeciones contra el movimiento.

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